Querida donante:

Tengo que admitir que no fue fácil para mi entender que la donación de óvulos era la clave para ver realizado mi propósito de ser madre.  

Antes de iniciar el proceso de ovodonación, pasé, sin éxito, por dos intentos de fecundación in vitro. 

Cierto es que, desde un inicio, el equipo médico me expuso con claridad las dificultades que mi caso en cuestión entrañaba. Pese a esto, necesitaba tener la certeza de que había hecho todo lo que estaba en mi mano para lograr un embarazo.  

Se abría entonces para mí un camino lleno de dudas, miedos  e incertidumbre. ¿Realmente estoy preparada para recibir los óvulos de otra mujer? ¿Se parecerá a mi?  

La cuestión es que siempre tuve claro que quería ser madre, pero nunca me había planteado, o más bien, cuestionado el cómo.  

Hasta que entendí que la combinación de una célula cedida por la generosidad de otra mujer y mi propio cuerpo, podría convertir mi ya “anhelo” de ser madre en una realidad.  

Finalmente me sometí a un tratamiento con donante de óvulos gracias al cual hoy día SOY MADRE de Elena. Ni qué decir tiene que soy inmensamente feliz por ello.   

Pasar por un proceso de este tipo me ha colocado en una posición más consciente sobre la maternidad. Hoy día mi concepto de ser madre va más allá del ADN.

Es por ello que estaré eternamente agradecida a la mujer que donó sus óvulos y a todas aquellas que lo hacen por otras mujeres y parejas llenando de esperanza y felicidad sus vidas.